DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 29 de julio de 2017
Vacaciones, día 1
Pese a las quejas de María José – que, medio dormida, me
llama tarado – consigo despertarla y, poco después de las 7 llegamos a la playa
de Sant Pol con Cass. El señor que conduce la máquina que a esas horas limpia
la playa, se para a saludarnos. Son muchos años de mañanas compartidas y me
alegra que la alegría por reencontrarnos un año más, sea mutua. El resto es lo de siempre: Cass jugando en el
agua, el sol saliendo y empezando a calentar… el paraíso en pequeño formato y
al alcance de todos… los que se levanten pronto. Damos un paseo por la orilla y
acabamos desayunando en el Hotel Sant Pol.
Nos hemos encontrado la casa más sucia de lo habitual.
Cambiamos nuestra primera jornada de playa por una inesperada jornada de puesta
a punto.
Siesta. María José aún duerme y yo me siento a escribir.
Como en los últimos años, renuncio a la tecnología y lo hago en una libreta con
un bolígrafo que me compré ayer (también me compré el primer número de la
renacida Ajoblanco pero eso no tiene nada que ver con lo que estoy explicando
ahora). Después, algún día, pasaré este diario al ordenador e iré publicando
las distintas entradas.
No hace demasiado calor. Tras un paseo con Cass por la
urbanización, cenamos en Bell –Lloch con Marta, JoanMa y Xavi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario