16 junio 2017

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 15 de junio de 2017
Sonar, día 1

Primeras horas en el Sónar. Primera cerveza (cara) y toma de contacto con la habitual sensación de día de la marmota que acompaña a las primeras jornadas de un festival conocido. Aprovecho para pasear entre escenarios y para convencer a amigos, conocidos y saludados (y a algún desconocido también) que no se pierdan la Phosphere de Daito Manabe.

Escucho a RayRay en el SonarDome y, pese a que la oferta gastronómica del Festival es muy decente, prefiero salir del recinto para comer en Il Golfo di Napoli. La pizza sigue siendo tan buena como siempre.

Vuelta al recinto para ver Entropy, un interesantísimo proyecto que une músicos, artistas y científicos. Me encuentro con Jordi P. Un poco de Daniel Brandt & Eternal Something, una pizca de Princess Nokia… con incredulidad asisto a la performance bizarra de Yung Beef (bases y voces pregrabadas bajo gritos que pretenden ser la actuación. Cero preparación, menos calidad... y sin embargo éxito de público. Debo estar haciendome viejo. Creo que, ante la posibilidad de disfrutar con semejante engendro, me alegro) y acabo la jornada con el sonido denso de Andy Stott, sin duda, lo mejor del día.


El Sonar es un excelente generador de endorfinas, una bomba de conocimiento que va directo a los centros de placer del cerebro. Una gozada única que tengo la suerte de tener en mi ciudad.

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