23 septiembre 2016

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 23 de septiembre de 2016

Leo el pregón de La Mercè de Javier Pérez Andujar y disfruto de un texto que habla de lectores impenitentes, de lecturas nostálgicas, de escritores, de grupos perdidos, emisoras malditas y de mi ciudad. De esa ciudad misteriosa en la que crecí y en la que sigo perdiéndome entre la nostalgia y la sorpresa.

Disfruto leyéndolo y dejándome llevar por el viaje a las lecturas del pasado que propone, un viaje que también es el mío. Recupero personajes, historias y sensaciones enterrados bajo la capa de polvo que los años disponen sin que nos demos cuenta. Recupero también espacios de lectura y las texturas y colores de los cómics que me hicieron lector y, con ellos, una ciudad que fue y sigue siendo aunque a veces no la veamos cegados por el aliento de la novedad.

El pregón de Javier Pérez Andujar es también un canto a la Barcelona que no figura en la historia oficial de la ciudad. A esa Barcelona de barrio que, por suerte, se empieza a recuperar gracias a los fragmentos que han sobrevivido y a las historias que aún podemos contar.


Gracias Javier por el pregón. Seguiremos leyendo pese a que – o quizá precisamente por eso - leer (y no sólo en Barcelona) es de pobres.

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