DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 25 de febrero de 2016
Visito el Mobile World
Congress más por curiosidad que por necesidad. Organización
impecable, dimensiones mastodónticas, más gente trabajando que
paseando y colas en los stands que ofrecen chorradas gratis. Después
de un largo paseo que sirve como toma de contacto, hago una parada
técnica. Leo a Stefan Zweig que, en “El mundo de ayer”,
testimonia un mundo en descomposición, una sociedad que se disuelve.
Creo que, tras una nueva época de cierta estabilidad, vivimos un
momento similar. Esa sociedad futura en la que nos hicieron creer ya
no existe, nuestro mundo cambia a pasos agigantados y esos pasos no
siempre nos llevan hacia un futuro mejor. Y es de nuevo la fe en un
futuro mejor gracias a los avances tecnológicos lo que nos hace
mirar únicamente hacia adelante. Algún día otro Stefan Zweig
contará como era ese mundo que aún creemos que es de hoy pero que
hace mucho que ya es de ayer.
Y, a parte de filosofar en
la Meca de la tecnología, en estos últimos días he trabajado
razonablemente, he comido con amigos para celebrar un cumpleaños (el
de Quim), he cenado con la familia (volviendo después de muchos años
a La Esquinica donde nada ha cambiado), he leido a Stefan Zweig (y
algunos suplementos que tenía apilados en la mesa de la cocina ante
la amenaza de desplome), he visto series (sobretodo “Shameless”)
y he escuchado –y disfrutado – el “Domus” de Silvia Pérez
Cruz.
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