DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 18 de febrero de
2016
1971. Los hermanos
Hackney, de Detroit, tienen una banda de proto-punk. Pero son tiempos
en los que la música surgida de la Motown reina en Detroit y en el
mundo, los Hackney hacen una música que nadie de su entorno entiende
ni aprecia y deciden llamar Death a su grupo. Sin concesiones a las
muchas voces que les piden un cambio de nombre, cinco años después,
la banda se disuelve tras una sesión de grabación de la que
únicamente publicarán un single autoeditado. Tras algunas aventuras
musicales efímeras, Bobby y Dannis Hackney compaginan su actividad
profesional con una banda de reggae, Lambsbread. David Hackney, que
sigue viviendo en Detroit, muere en el año 2000.
2008. El single de Death
es una rareza (sólo hicieron 500 copias) y como tal es apreciado por
algunos coleccionistas locos. Una de las copias acaba en manos de un
dj que lo utiliza en sus fiestas. Los hijos de Bobby Hackney escuchan
la que, sin duda, es la voz de su padre en una de esas fiestas y
descubren una banda olvidada incluso dentro de la familia.
Deslumbrados por Death montan una banda de tributo (Rough Francis) y
consiguen rescatar el master original con los dos temas que se
publicaron en el single y otros cinco que jamás habían visto la
luz. Death, con la incorporación de un guitarrista para substituir a
David, vuelven a los escenarios y publican nuevo material.
Esta es la historia que
cuenta “A band called dead”, el excelente documental de Jeff
Howlett y Mark Covino que iluminó la sesión 22 de documentales en
Graceland. Pese a que han vuelto a los escenarios y que su estado
físico es mejor que el de Rodriguez cuando vino a Barcelona, no creo
que vuelva a cometer el error de ver a una banda por su pasado. Si
alguna vez aterrizan cerca y su música es interesante iré a
verlos... pero no caeré en la nostalgia de lo no vivido.
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