DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 1 de agosto de 2015
Empieza agosto con aire fresco y jersey en el desayuno del
patio de Graceland.
Aún lejos de las vacaciones, busco engañarme con cenas con
amigos que, aunque huelan a días de verano, sé que sólo son un buen placebo. Con
Albert en Casa Varela (un nuevo descubrimiento en el barrio al que volveremos),
con Jordi P. en la terracita del This & That Co. (consolidado ya como una
de las mejores opciones a pocos minutos de casa) y con primos y “afegits” en el
Ugarit (al que siempre volvemos y nunca defrauda). Buenas conversaciones, alguna noticia, planes
de futuro, un par de copas en la terraza – con espectaculares vistas - de un
hotel del barrio, el libro que Jordi P. me regala adelantándose – mucho – a mi
cumpleaños (ya tengo lectura para estas vacaciones) y el cansancio que se
acumula tras tres noches… pese a que el
trabajo continúa, las vacaciones están presentes (aunque sólo sea por la
noche).
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