DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 19 de abril de 2015
Sábado. En casapadres celebramos, como siempre
conjuntamente, el cumpleaños de María José, mi madre y mi hermana (en total 157
años). Risas, gritos (limitados por Mireia que en esto no parece de la familia)…
lo habitual. Salgo de la casa cargado con la segunda remesa de la herencia
discográfica recibida (aún queda una tercera remesa) y los habituales “tupers”
que nos garantizan comida cocina durante algunos días.
En el Centre Cultural La Bobila, Bestiar Netlabel y las
salas de ensayo La Universal, organizan el primer concierto de un ciclo de
bandas emergentes. En una muestra de su insensatez, Jordi, Pep y Pez, me ponen
al mando de la mesa de sonido y de las luces. Por suerte – para ellas y para el
público - , las bandas se las arreglan casi solas y poco me toca hacer. Abren
la noche unos sensacionales Annalogik.
David y Ana ofrecen fabulosos temas a medio camino entre el folk y la
americana. Una guitarra utilizada como bajo, un banjo, la fabulosa voz de Ana y
mucha intensidad… me tenían rendido cuando me regalaron una versión de “Rain
dogs” que acabo de deshacerme. Podéis escuchar y descargaros su música gratuitamente aquí: http://www.bestiar.org/annalogik-annalogik/
Y tras ellos el impecable rock instrumental de Volans. Un
trio potente que suena impecable y que nos ofrecieron una actuación potente y
muy bien cuadrada. El ciclo continuará próximamente. Por motivos obvios – mi vinculación
con Bestiar Netlabel – volveré a estar ahí… espero que alguno de vosotros
también os podáis acercar. Podéis escuchar y descargaros su música gratuitamente aquí: http://www.bestiar.org/volans-de-prop/
Domingo. Hay que ordenar, clasificar y archivar la herencia
vinílica recibida. Muchos de los singles son copias sin título, sin pegatinas y
sin carátula. Armado con Shazam empiezo a descubrir alguna de las joyas
escondidas. Junto a Jethro Tull me encuentro con los Hermanos Calatrava (estos no estaban en Shazam pero eran evidentes), junto
a T Rex viejos singles de Ñu… disfruto enormemente de un viaje a la nostalgia de lo no vivido de la mano de una jornada de hits de finales de los 70.
Entre los muchos vinilos recibidos hay una nada despreciable
colección de vinilos de música clásica (en un estado impecable, muchos de ellos
– estoy seguro – con el surco virgen). Empiezo una serie de escuchas que no se
si tendrá mucho recorrido o no con el Carmina Burana de Carl Orff. Ahora
escribo esto con el Come from the shadows de Joan Baez devolviendo el espíritu
setentero a Graceland.
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