10 febrero 2015

DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 10 de febrero de 2015

Vemos “New Order” en la Sala Flyhard. Dura, divertida, buen guión, buena dirección y buenas actuaciones. “New Order” es una obra que te hace reír para dejarte con la sonrisa helada en los labios obligándote a reflexionar. El texto de Sergi Pompermayer (que también dirige) es dolorosamente actual y está plagado de momentos brillantes. El personaje protagonizado por Sergio Matamala (que lo borda) ayuda a hacer más digerible la dureza del texto y sus apariciones se agradecen. El resto de actuaciones (Gemma Brió, Pablo Lammers y Concha Milla) también están muy bien (tienen que estarlo para que la obra funcione y más en un teatro de cercanía como es la Sala Flyhard). En definitiva, que vale la pena ver “New Order”.

Mención aparte merece la Sala Flyhard. María José y yo estamos acostumbrados a grandes teatros que trabajan en mayor o menor medida con dinero público. Por eso – y pese a las buenas referencias – siempre acudimos a una sala pequeña con cierta prevención (algunas experiencias no demasiado positivas a lo largo de los años nos han predispuesto negativamente). La compra de entradas fue fácil y además con un sorprendente añadido: el precio final lo decide el espectador entre dos opciones (12 o 16 €). Segundo detalle: una vez en el teatro tienen a la disposición del público copas de vino o de agua para hacer más llevadera la espera. La sala es pequeña y no especialmente cómoda, pero el hecho de tener tan cerca la acción – si esta es intensa , como en este caso – convierten la experiencia en algo único. Repetiremos seguro.

Domingo. Comida en Graceland con Eli, Cesc y Mireia. Preparo arroz al horno (estoy en periodo de pruebas y voy introduciendo pequeñas modificaciones hasta encontrar la fórmula perfecta) y Cesc nos hace una pequeña reparación doméstica (era la excusa para montar la comida).


Sigo ordenando y digitalizando música. El proyecto crece con lo que, lejos de acercarme día a día al final, estoy mucho más lejos de culminarlo que el día que empecé. Y lo curioso es que su uso práctico es más que discutible. Los buenos nos dan el tiempo y los malos nos enseñan a malgastarlo.

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