DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 08 de octubre de 2014
Leo poco. Descanso poco. Escucho poca música. Tele, la justa…
Vivo poco.
Pese a que responden a una planificación precisa, los
periodos de mucho trabajo siempre me cogen con la guardia baja.
Ha pasado lo
peor, pero aún queda lejos la ansiada libertad y el tiempo para perderlo.
Pese a mi inmersión laboral – o en algunos casos gracias a
ella – he vivido buenos momentos que han transformado un día gris, en unas
pequeñas vacaciones: un par de comidas
improvisadas con María José (una en la terraza del Hotel D.O. disfrutando del
espectáculo que siempre ofrece la Plaça Reial y un excelente arroz meloso con
lágrima de ibérico y tirabeques y otra en el Cañete), un concierto de Maika
Makovski en el Teatrino del Conservatori del Liceu, la tradicional cena mensual
con Albert, Esther, Marta i Joan Maria (siempre nos ayuda a recuperar energía)…
y poco más.
También me ha acompañado Irvine Welsh. Su “Col recalentada”
me ha acompañado en los tránsitos del trabajo a casa y de casa al trabajo.
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