DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 10 de diciembre de 2013
Fin de semana tranquilo. Paseos por el centro buscando los
primeros regalos, empezar a pensar en la postal de navidad y ponernos a
trabajar en ella, mañanas tranquilas y tardes de series y películas, una comida
en el Agua con María y Jordi P… un buen fin de semana.
He leído “La casa
de hojas” y he de decir que es el artefacto literario más fascinante que ha
caído en mis manos. El libro de Mark Z. Danielewski es un laberinto que
te atrapa y no te suelta. Perseguir la película de Will Navidson con los ojos
sin vida de Zampanó o los viajes alucinados de Johnny Truant es adictivo. “La casa de hojas” no es un libro fácil, pero su mezcla de
ensayo y thriller, recompensa al lector. La traducción – no era nada fácil – de
Javier Calvo es brillante, pero también era imprescindible el perfecto trabajo
de maquetación llevado a cabo por Robert Juan-Cantavella. Es imprescindible leerlo en
papel, perderse en sus hojas, desgranar detalles, separar ficción y realidad, avanzar
y retroceder, disfrutar del viaje, del camino, de uno de los libros del año (el
libro es del 2000 pero la dificultad de su traducción y edición no han
permitido su edición en castellano hasta ahora).
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