05 febrero 2013


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 05 de febrero de 2013

Siempre pasa lo mismo. Cuando tienes tiempo, no tienes nada que contar y cuando más ocupado estás – aunque la ocupación sea placentera – es cuando no encuentras el momento de sentarte a escribir.

Aprovechando un regalo (una caja que incluía una noche de hotel con cena) nos fuimos a Valls para descansar, leer y comer mucho y bien. El sábado, nada más llegar, dimos una vuelta por el pueblo y después subimos a comer al Restaurant “Les Espelmes” (Ctra. 240, Km 28, Valls. Tel. 977601042). El restaurante está en la parte más alta del Col de Lilla y tiene unas vistas estupendas. Pese a que el olor a calçots inunda el acogedor comedor, optamos por comer a la carta: Caracoles, parrillada de verduras y carne a la brasa… un inicio estupendo para un fin de semana gastronómico. Vuelta al hotel, descanso y lectura hasta la hora de cenar (en el mismo hotel, un generoso buffet).


Domingo. Viento. Frío. Visitamos el monasterio de Santes Creus y, pese al frío, disfrutamos de la visita guiada. Al salir, damos una vuelta con el coche y acabamos visitando el Santuari de Montserrat de Montferri. Tanta arquitectura da hambre y, para vencerla,  dejándome llevar por la nostalgia, vamos hasta Salomó para comer en “Ca la Roser” (St. Crist, 4 Salomó Tel. 977629024). Hoy toca calçotada y en “Ca la Roser” es tan buena como recordaba.  Con unos cuantos quilos de más, toca volver a casa y dormir un poco para coger fuerzas para la noche.



Noche de Super Bowl, con Jordi, en “The Philarmonic”.  Partido emocionante y, pese a la cortada de rollo que supone un inoportuno corte de luz que me quita más de media hora de mi preciado tiempo de sueño, lo paso muy bien.

Una hora de dormir… y de pie a trabajar. Consigo – a duras penas – arrastrar mi cuerpo durante el día por reuniones y obligaciones.

A la hora de comer me encuentro con Toni y Oscar en el Martín Villoro. Ha costado mucho organizar esta comida y, cuando por fin lo hemos conseguido, no hay que dejarlo por falta de sueño. El Martín Villoro es un restaurante muy sencillo… bueno, el local es algo más que sencillo… pero tanto las almejas a la marinera con las que hacemos tiempo, como el arroz con el que rematamos la comida están muy buenos. Cafes, copas y larga sobremesa.

A última hora de la tarde toca trabajar un poco más y, después, por fin, a casa a dormir.

Un fin de semana de lectura da para mucho. He acabado “Postales Negras” el libro en el que Dean Wareham (Galaxie 500, Luna…) da un repaso a su largo paseo por el mundillo del rock indie. La banda sonora la han puesto sus temas y las citas a otras bandas – algunas de ellas ya perdidas en los recovecos de la memoria – han despertado oleadas de nostalgia.



No hay comentarios: