26 noviembre 2011


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 26 de noviembre de 2011

Jueves. Echamos de menos a Albert en nuestra cena mensual. Esta vez en el SU CA PA (Riera de la creu, 9 L'Hospitalet de Llobregat 93 180 37 53) - con María José, Marta, Joan Maria i Esther - tenemos una boda por comentar y seguir celebrando. Volvemos a comer muy bien.

Viernes. Fui a la misma clase que Manel durante 11 años. Después, salvo esporádicos encuentros, no nos vimos durante 25. Tenemos mucho que contarnos. En el espectacular comedor de la Fonda España (Sant Pau, 9 Barcelona), comemos y llenamos los vacíos que el tiempo y la distancia han dejado en nuestras respectivas biografías. Es agradable recuperar recuerdos mezclados con novedades pasadas ya hace mucho tiempo.

Por la tarde me encuentro con Jordi P. en el Casino de l'Aliança del Poblenou. Tras mi campana de ayer, hoy toca Primavera Club de nuevo. Llego a tiempo para escuchar un par de temas de Still Corners (al menos hoy no se estaban despidiendo) y lo que veo me gusta. El ambiente es distinto en el Casino que en Apolo. El decadente teatro tiene un aire encantador y las butacas - como la música - amansan a las fieras. Hacemos un bocata en el Tio Che y volvemos para ver a St. Vicent. Veo cosas que me gustan - algún momento de fuerza, posibilidades apuntadas - pero el concierto se me hace tan largo como las insulsas anécdotas que la cantante explica entre temas. Algo pretenciosos y nada espontáneos, no me hacen disfrutar. Pero por suerte la noche remonta con el pop brillante de Girls que tras remontar un inicio en el que las voces no acababan de sonar bien, ofrecieron un concierto que prometieron repetir en el Primavera Sound del 2012. Espero poderlos ver en otro escenario donde la gente pueda bailar como los temas del grupo lo merecen. Renuncio a la última copa y - debido a la edad y al cansancio - vuelvo a casa sin pasar por el Apolo donde hoy también había un puñado de buenas canciones.


Sábado. Desayuno con la mala noticia de posibles recortes en TV3, la televisión pública catalana. Estoy seguro que hace falta racionalizar gastos y evitar algunos abusos, malas praxis y privilegios, pero también estoy seguro de que este recorte responde a otros criterios. El actual gobierno tiene que pagar el apoyo recibido por un potente grupo mediático que sabe que, cualquier merma de la televisión pública, va en beneficio suyo. También, pronto, se volverá a hablar de eliminar la publicidad de TV3. La razón es la misma: no están contentos con la minúscula - casi inexistente - porción del pastel que tienen. Ellos lo quieren todo y como no son capaces de conseguirlo en la calle, lo consiguen en los despachos.

Necesitamos una televisión pública potente y de calidad. Seguro que hace falta mejorar la gestión, pero eso no se consigue con recortes. Una gestión más eficaz producirá ahorro. El resultado económico a la larga puede resultar parecido, pero sin merma de calidad. Hace falta que todos los que creemos en la necesidad de una televisión pública de calidad, apoyemos a TV3 en esta peligrosa encrucijada. 

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