28 agosto 2011

EL DEDO EN EL OJO


Ante todo debo pedir disculpas y hacer una pequeña aclaración. Pido disculpas por el título  - obvio, previsible, poco inspirado... - de esta reflexión y aclaro que soy seguidor - no incondicional - del FC Barcelona.

Mi educación ha tenido muchas lagunas y algunos excesos de los que, como diría Pujol - con J - "ara no toca" hablar. Pero en la parte positiva, durante mis años de escolarización, aprendí valores. En este aprendizaje de valores, la práctica del deporte tuvo un papel destacado.

En pocas semanas he asistido a varios ejemplos de lo que debe aportar la práctica del deporte y a lo que, si tuviera hijos, no quisiera que aprendieran de él.

El "Equip Petit" es un pequeño documental sobre un equipo de fútbol infantil. Valores, no sólo deportivos, son los que se aprenden viendo este simpático - no lo elevaré a categoría de clásico del cine documental como otros han hecho - pequeño documento.

l'equip petit from el cangrejo on Vimeo.


Son los mismos valores que llevaron al entrenador Ernesto Chao a convencer a sus pupilos del Sevilla alevín que, después de ganar un torneo en los penaltis, regalaran el trofeo a sus adversarios debido a que, por su mejor juego, lo habían merecido más.


Son los mismos valores que hicieron que Sergi Barjuan, entrenador del Juvenil B del Barça, mandara a sus jugadores que se dejaran marcar un gol para compensar el que acababan de marcar mientras el portero contrario estaba en el suelo debido a los lances del juego.


Son los valores contrarios a los que José Mourinho demostró, hace unos días, durante el partido que le enfrentó al Barça, la rueda de prensa posterior y todas las declaraciones que ha hecho desde entonces. No entraré en valoraciones pormenorizadas, no hace falta, todos - por desgracia - lo hemos sufrido.

Una de las cosas más grandes del deporte son los valores que su práctica lleva implícito. Si nos los cargamos, tendríamos que pensar en eliminarlo del sistema educativo. Seguro que no queremos que nuestros hijos aprendan de lo que Francesc Satorras - más conocido como The Observer, Sadam o "el del bigote"- fue testigo de excepción.

No hay comentarios: