04 agosto 2011

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 03 de agosto de 2011

Vacaciones, día 5

Ha vuelto el calor y no se si alegrarme o quejarme por no poder dormir del tirón. Nos levantamos un poco más tarde de lo habitual y, mientras María José va a por el periódico y pasea a Cass, yo preparo el desayuno en el patio. Desayunamos y María José se va a trabajar. Me quedo escribiendo un rato, poniendo en orden papeles y escaneando negativos.

En el CCCB están haciendo otra interesante exposición fotográfica. “Brangulí. Barcelona 1909 – 1945” es una extensísima retrospectiva del fotógrafo barcelonés Josep Brangulí. No puedo evitar la comparación con la retrospectiva dedicada a Francesc Català-Roca ya que la visité ayer. Brangulí es un testigo de la historia, sus fotografías nos permiten documentar la historia que otros nos cuentan. Por el contrario, las fotografías de Català-Roca cuentan historias, sin dejar de ser testimonio, también, de un momento determinado, suelen ir más allá de ser meros testigos mudos. Son dos maneras de entender la fotografía - quizá signo de dos tiempos y dos contextos distintos -. Me interesa mucho más la mirada de Català – Roca, aún así, la muestra dedicada a Brangulí me parece imprescindible ya que pone a nuestro alcance documentos imprescindibles para entender nuestra historia como ciudad y como pueblo. Os recomiendo que visitéis las dos.

Vuelta a casa y comida con María José en el patio de Graceland (menú veraniego y semi-infanti: ensalada y carne rebozada).

En el Fnac compro “Harto de Todo”, una crónica del punk barcelonés escrita por Jordi Llansamà que hace tiempo que tenía entre mis próximos objetivos. Decido tomarme una cerveza en el agradable patio interior del vecino Hotel Pulitzer mientras ojeo el libro (actitud nada punk para acompañar una lectura sobre el tema). El precio – abusivo (5’50 por una Voll Damm) – consigue alejarme  - de ahora en adelante - del pequeño patio interior e incluirlo en mi lista de lugares no recomendables de la ciudad.

Por la noche, de nuevo con María José, nos encontramos con Jordi P., María, David, Iola, Laura y Víctor en el Frida’s (Bruc, 115. Barcelona). Micheladas para acompañar la comida y risas con sabor a vacaciones. Limamos planes y hacemos de nuevos. En la terraza de un bar cercano – me había olvidado de lo agradables que son las terrazas del Eixample en agosto – rematamos la noche, todos muy cansados, frente a una cervecita.

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