05 abril 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 5 de abril de 2010


Pese a las lluvias de la noche y la tormenta de la tarde, ayer hicimos la primera barbacoa de la temporada en Graceland acompañados de Jordi P. y María. Olor a humo, carne y verduras a la parrilla y alcohol abundante para aprovechar una tregua entre lluvias.

Por la noche, después de una larguísima y reparadora siesta, vemos “El Sol del Membrillo” de Víctor Erice. Hace años que la “cogí prestada” de la videoteca de mi padre y siempre encontrábamos excusas para aplazar su visionado y, ayer, sin tenerlo pensado de antemano se nos ocurrió verla.
No entiendo el largo ostracismo al que la hemos sometido ya que siempre he sido un fan convencido de la obra de Erice. Todavía recuerdo la primera vez que vi “El Espíritu de la Colmena” – creo que fue en “La Clave” pero podría estar equivocado -, era un niño pero su magia me atrapó para siempre. La he vuelto a ver de adulto y sigue pareciéndome una maravilla. Después – casi 10 años después – llegó “El Sur”, otro peliculón de aquellos que, con un solo visionado, te acompaña ya para siempre. De nuevo pasó casi una década de espera – que para mí se ha convertido en casi tres – y apareció “El Sol del Membrillo”, una película sobre el pintor español Antonio López. Siempre me ha gustado la obra de Antonio López casi tanto como la de Víctor Erice. Quizás por eso, por miedo a decepcionarme o quizás a aburrirme, he aplazado tanto el visionado de “El Sol del Membrillo”.
Y, ayer, por fin la vimos. Y la disfrutamos, y la comentamos sin parar, y nos seguirá provocando conversaciones y pensaremos mucho en ella.

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