15 febrero 2010

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 15 de febrero de 2010


Domingo. Uno de los pequeños placeres de los domingos es leer el periódico acompañando el desayuno. Pero la lectura del suplemento dominical suele turbar la paz que el momento consigue. Y es que siempre consiguen indignarme. Es obsceno (lo es siempre, pero más en tiempos de crisis) encontrarse presuntos escaparates con recomendaciones para hacer regalos sólo al alcance de unos pocos y sólo destinados a idiotas congénitos. Por que hay que ser un idiota para comprarse unos zapatos de piel metálica dorada a un precio de 595 euros, entre otras lindezas igual de inútiles y todavía más caras.
Los escaparates sólo al alcance de unos pocos sólo sirven para fomentar el consumo de lujo sin ningún tipo de criterio. Son pocos los lectores del periódico que pueden permitirse anillos de 11950 euros, relojes de 38730 euros o estilográficas a 17000 euros (irónicamente dicen que es un homenaje a Gandhi). Y si no está destinado a sus lectores, ¿en quién piensa el editor que permite su publicación? ¿Es sólo publicidad encubierta? ¿La manera de devolver un costoso regalo por parte de las marcas que muestran sus productos?
Sólo pido un poco de respeto por los lectores o, como mínimo, un poco de crítica ante estas obscenas exhibiciones de riqueza sin sentido.


LOS DÍAS CONTADOS
Miklós Bánffy

los dias contados,miklos banffyEn los últimos años estamos asistiendo a la emergencia de grandes novelas que, por distintos motivos, no formaban parte de los clásicos de la literatura mundial pese a sus muchas cualidades. “Los días contados” es una de esas novelas que, tras estar prohibida durante más de cuarenta años por los regímenes comunistas, se ha recuperado.
La novela de Miklós Bánffy, publicada en 1934, narra los últimos días de la aristocracia húngara. Con los últimos días del imperio Austrohúngaro como telón de fondo, “Los días contados” nos muestra el ocaso de una clase social y de una manera de entender el mundo. Cacerías, bailes, mesas de juego en la que se pierden fortunas, duelos por honor, carreras, amores tormentosos y política de salón. Una gran novela. Un clásico desconocido que debe degustarse con tiempo y tranquilidad.

2 comentarios:

Performance dijo...

Este post parece un poco contradictorio. Gusto por el snobismo austrohúgaro frente a disgusto por el snobismo postmoderno.

xavi dijo...

Es la decadència el que ho fa atractiu... sense aquesta sensació de final que el títol ja anuncia, perdria tot el seu encant.