26 mayo 2009

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 24 de mayo de 2009


Viernes noche. Nuestro barrio vive su fiesta mayor. La música, la feria de atracciones, las mesas en el parque... todo nos aleja de la gris ciudad y nos acerca al verano. Damos un paseo después de cenar por un parque más lleno que nunca. Vecinos, conocidos, vistos y saludados se divierten.
El volumen de la música y los gritos que provoca el gigantesco barco pirata – atracción estrella de la feria – nos obligan a cerrar la ventana al volver a casa.

Sábado. Desayuno y periódicos en el patio mientras disfrutamos de un silencio que no se repetirá en todo el día. No todo son ventajas cuando tienes una fiesta popular a las puertas de casa.Juan Longas
En la galería Jordi Barnadas disfrutamos de los cuadros de Juan Longas. Las luces efímeras, los neones, los carteles luminosos y las arquitecturas de película con un aire fantástico son los protagonistas de los cuadros de Juan Longas. Están prácticamente todos vendidos (y no tenemos un duro)... pese a ello fantaseamos con la posibilidad de adquirir uno. Esta vez será que no... quizás algún día.
Tony Cragg
Seguimos el paseo – con Cass – y en la Carles Taché – vemos las inquietantes esculturas de Tony Cragg. Al final no hemos visto tantas galerías como habíamos pensado pero ambas han sido interesantes.

Vuelta a casa, aperitivo amenizado musicalmente por nuestros vecinos ocasionales y comida en el Osaka (el japonés de la puerta de al lado). Perezas, paseos, siestas... sábado.

Por la noche un nuevo paseo por la feria se convierte en otro viaje en el espacio y el tiempo. Cass rompe el encanto al zamparse un bocadillo de chistorra que algún desafortunado ha perdido por culpa de la gravedad. Enfado y vuelta a casa para dormir de nuevo con la ventana cerrada. Los gritos de los adolescentes vuelven a ser lo último que escuchamos antes de dormirnos.

Domingo. Olivia, Roberto, Martina y Leo vienen a hacer galletas y a comer. Preparamos la barbacoa, comemos y después María José y Martina preparan galletas. Tanto las galletas como los pasteles que antes habían preparado María José (de queso) y Roberto (de albaricoque) están buenísimas.
Por la noche un nuevo paseo nos acerca al verano. No hay tanta gente y la amenaza del lunes resta encanto a la celebración. Pesa a eso disfrutamos de la promesa de verano.

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