04 febrero 2009

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 04 de febrero de 2009


Lunes. 6:15 AM. Suena el despertador y, aunque he pasado mala noche por culpa de un incipiente resfriado, me levanto de buen humor. Miramos por la ventana y disfrutamos de un paisaje totalmente nevado. Por suerte no hemos venido en coche y no tendremos que bajar la cuesta que lleva al hotel con miedo de patinar.
Dejamos el Resguard dels Vents – nuestra casa durante estos últimos dos días – agradecidos por el trato recibido y por lo mucho que hemos disfrutado (y aconsejándoles – si algún día leen esto -, que mejoren ciertos aspectos: fuera la tele del bar, un poco más de atención en el Spa y más cuidado al recoger las habitaciones – unos periódicos ordenados encima de la mesa no se pueden tirar a la basura. Por cierto, si alguien me puede dejar el Babelia del sábado que me lo guarde-).
La estación de Ribes de Freser a primera hora de la mañana

En la puerta nos recoge el taxista – habíamos quedado previamente con él – que nos acerca a la estación. Hace mucho frío pero por suerte la sala de espera – con calefacción – esta abierta. El viaje de vuelta a Barcelona es horrible y el retraso de más de 40 minutos sobre la hora prevista. Suerte que en el Hotel nos han dejado preparado un kit de desayuno que nos comemos en el tren.

Reencuentro con Cass – que ha disfrutado durante todo el fin de semana de los mimos de Eli y Cesc - y vuelta a la rutina. Trabajo y poco ocio. De nuevo la zanahoria del fin de semana que se adivina al final del viernes, nos sirve de motivación para tirar del carro con fuerza.

Hace muchos años – supongo que fue en La Clave (cómo lo echo de menos) – vi por primera vez “Gates of Heaven” de Errol Morris y entonces me impactó por la novedad que suponía. Vista hoy – la película es de 1978 – conserva todo su valor. “Gates of Heaven” es la primera película de Errol Morris y supone una nueva manera de afrontar el género documental. “Gates of Heaven” trata el tema de los cementerios de animales pero realmente está hecha de pedazos de vida, de fragmentos de pequeñas realidades que nos muestran una sociedad, una manera de vivir y una época. Hay más verdad en cada uno de los minutos de Gates of Heaven que en todos los informativos de nuestras televisiones en una semana. Una lección para los “maestros” del “mueve más la cámara para que parezca más real”, para los adoradores de la gonzo-realidad y para todos los que creen que el ritmo del relato consiste en añadir muchos planos de corta duración. Empiezo con ella mi ciclo Errol Morris que continuará al ritmo que la mula lo permita.

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