25 enero 2009

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 25 de enero de 2009


Un sábado que empieza con una sesión de peluquería seguida de una reunión de vecinos no es el sueño de un ocioso. Pero al final el corte de pelo resulta más rápido de lo esperado y la reunión de vecinos – en pequeño formato – resulta mucho más agradable (y sobretodo más corta) de lo que se espera de este tipo de actos sociales.

A partir de este momento el día sólo puede mejorar y lo hace con paseos, siestas, un rato ordenando papeles mientras suena buena música y con un concierto por la noche en la sala 2 del Apolo.

Y es que ayer Cooper estaba en Barcelona para presentar Lemon Pop (su último ep con cuatro canciones y una sorpresa). Desde hace unos cuantos años no solemos faltar a los conciertos de Cooper en Barcelona porque siempre nos lo hacen pasar muy bien. Y el de ayer no fue una excepción. Desde que arrancaron con “Un nudo en la garganta” hasta ese “Ruido” con el que cerraron el concierto, Alex Díez y los suyos nos ofrecieron las dosis habituales de energía, profesionalidad y entrega. Si juntamos eso a un repertorio cada vez más completo sin recurrir a los temazos con los que Alex Diez salpicó la carrera de su anterior banda (Los Flechazos) la diversión en sus conciertos está asegurada.
Y después llegaron los bises (a mí me gustan los conciertos cortos pero ayer los estaba esperando) para los que se habían guardado uno de los temas que venían a presentar (“Ola de Calor”) y dos imprescindibles de su discografía. “747” y “Vértigo”.
En una segunda tanda (se pidió la tercera pero no llegó) nos regalaron tres versiones “Tonight” de los Rapsberries, “Ráfagas” de Los Bólidos y una tercera que no puedo identificar.
Un concierto redondo que nos hizo disfrutar y bailar. No te los pierdas si aterrizan en tu ciudad.
Después María José y yo volvimos a casa no sin antes cenar en el Frankfurt del barrio que, curiosamente, no estaba tan lleno como es habitual.

Domingo. Mañana tranquila y comida tardía con Eli y Cesc en Graceland que se convierte, una vez más, en un pequeño México. A las copas se apunta Mariona que se acaba de despertar.
Y ahora se acaba el domingo y con él todas las promesas de diversión.

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