24 noviembre 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 24 de noviembre de 2008


Viernes. Empieza el fin de semana cuando suena la sirena que marca el final de la jornada en Levi Pants. Pocos sonidos son tan gratos como este.
En Graceland María José me recibe con la cena preparada y capítulos de Deadwood preparados para ser consumidos con el proyector. El fin de semana empieza placidamente.

Sábado. Mañana tenemos una comida con amigos a la que queremos dar sabor mexicano. Pese a que nos trajimos bastantes ingredientes al volver de nuestro viaje, es necesario ir a comprar otros. Visitamos primero un supermercado especializado en productos norteamericanos pero todo lo que tienen lo podríamos encontrar en cualquier gran superficie a mejor precio. Al final seguimos el consejo que nos dieron María y Amador y vamos a un supermercado chino que tiene muchísimos productos de otros países. Tortillas, salsas, fríjoles... ya tenemos todo lo que necesitamos para cocinar mañana.

Al volver a casa tenemos que eliminar la capa de pelusa que amenaza con enterrarnos. Entre comida basura, siestas, sesiones de tele y paseos con Cass, pasamos el resto del día.

Domingo. Albert y Esther nos regalaron un jamón que decidimos que se convertiría en la excusa ideal para organizar una comida en casa. Por la mañana, María José empieza el jamón y Cass se convierte a una nueva religión: “los adoradores del jamón de Graceland”. Su culto consiste en mirar obsesivamente al ídolo mientras se saliva abundantemente.
Albert, Esther, María, Laura, Marta, Neus y Andreu son los conejillos de indias que probarán nuestra primera incursión en la gastronomía mexicana. Hemos decidido hacer tacos y poner los ingredientes en la mesa para que cada uno se los confeccione a su gusto.
Una comida tranquila (creo que todo estaba buenísimo) y una larga y agradable sobremesa nos dejan preparados para rematar el fin de semana con siestas y televisión.
Dentro de un par de semanas tenemos la segunda sesión de estas cenas mexicanas. Intentaremos mejorar.

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