30 septiembre 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 29 de septiembre de 2008


Domingo. A mediodía nos acercamos a El Masnou para reencontrarnos con Ángela y Cesar. Mar y Alba están ya muy mayores (la última vez que las vi, empezaban a caminar). En su nuevo piso, con unas vistas estupendas, nos ofrecen una comida buenísima. Pero lo mejor es estar de nuevo juntos y ver que, si bien el tiempo pasa, el cariño sigue igual y seguimos pasándolo bien juntos. Prometemos no dejar pasar tanto tiempo esta vez, seguro que lo conseguiremos.

Vuelta a casa, siestas y perezas a la espera de que el domingo se apague poco a poco.

El Babelia de esta semana dedicaba un especial al buen momento de la música contemporánea española. Leo el artículo con interés y me doy cuenta de que el buen momento de la música contemporánea española debe situarse en una burbuja a la que, al menos yo, no tengo un fácil acceso.
Los nombres que protagonizan este momento dulce me son totalmente ajenos. En lo personal indica un déficit cultural importante que intentaré mitigar con la discografía básica que proponen. Pero en general indica que el momento no debe ser tan bueno cuando la música contemporánea no llega al gran público.
Y es que, en mi ignorancia total de la música contemporánea española, nombres como Fátima Miranda, Francisco López, José Manuel Berenguer, Eduardo Polonio, José Igrés, José María Sánchez-Verdú, Mauricio Sotelo, José Manuel López-López, Jesús Rueda, Alberto Posadas, David del Puerto, César Camarero, José Ramón Encinar, Tomás Marco, Juan Hidalgo o Luís de Pablo (todos presentes en la discografía básica propuesta), son todo un enigma.
La cultura es elitista cuando mayor es el esfuerzo que tiene que hacerse para llegar a ella y en el caso de la música contemporánea el esfuerzo me parece ímprobo. ¿De qué sirve subvencionar la creación si no se invierte en la difusión de la obra? ¿A quien beneficia la cultura sin público que la disfrute? ¿Debe ser la cultura una vía de una sola dirección?
El camino que se ha tomado es totalmente erróneo y la música contemporánea española no goza de buena salud, o al menos no disfruta de la salud de hierro de la que presumen los que – de una u otra manera – están dentro de su órbita y por lo tanto son incapaces de verlo con perspectiva.

el logo de A-Style
No suelo ver las retransmisiones del Mundial de Motociclismo y por eso igual cuento una cosa muy obvia que todo el mundo conoce, pero que yo no había visto hasta ayer. El domingo vi un reportaje sobre la victoria de Valentino Rossi. En la rueda de prensa posterior al campeonato me llamó la atención el logo que se repetía muchas veces detrás del campeón. E, inmediatamente, me asaltó una pregunta ¿Soy el único enfermo que ve a dos monigotes de los semáforos en una explícita postura sexual?
Después, buscando el logo para ponerlo aquí, veo que es de una marca de ropa y que la ambigüedad es plenamente consciente. Pero no deja de ser curioso.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Siempre leo tu blog. Hoy agradecí muchísimo la frescura del post (que a veces falta)