06 agosto 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 03 de agosto de 2008

Vacaciones, día 2


La cama hace ruido cada vez que uno de los dos se mueve, Cass está inquieta y no deja de dar vueltas por el apartamento (que es muy pequeño, lo que hace que siempre esté dando vueltas a nuestro alrededor), el gallo del vecino confunde el alba con los faros de cualquier coche que pasa por la carretera y no deja de cantar, hace calor... como suele ser habitual aquí – el paraíso tiene sus limitaciones – no dormimos demasiado bien. Es por eso que es todavía pronto cuando decido salir con Cass a dar un paseo. Aprovecho para comprar el pan (una deliciosa rueda de cereales, panecillos y cruasanes) en La Ibicenca.
Desayunamos en el balcón, vamos a pasear con Cass y empezamos a disfrutar de la rutina vacacional hecha con pequeños placeres que, por insignificantes, no merecen ser consignados (ni siquiera aquí). Nuestras vacaciones empiezan a brillar con luz propia.

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