03 julio 2008

SOBRE EL MANIFIESTO POR LA LENGUA COMÚN

Hace unos días apareció un manifiesto firmado por una serie de intelectuales en defensa del castellano y, desde su aparición, las adhesiones de todo tipo no han dejado de producirse (periódicos, televisiones, seleccionadores nacionales de fútbol...). En principio me parece una noble tarea defender una lengua, pero lo que realmente quiere el manifiesto es cambiar la Constitución para imponer el castellano por encima de las otras lenguas que se hablan en España. No es un manifiesto a favor de... es un manifiesto en contra de. Es, una vez más, intentar pasar el rodillo para limar las diferencias. Es perseguir al diferente, al “artista degenerado”, al inferior... creo que esto ya se ha hecho antes por otra gente y en otros campos.

Unas medidas como las que propone el manifiesto serían necesarias en caso de que el castellano estuviera en peligro ante una agresión impuesta por un régimen dictatorial. ¿Y está en peligro el castellano en Catalunya (que es el territorio que conozco y el que, creo, más duele a los firmantes del manifiesto)? NO.
El castellano no está en peligro – ni mucho menos – en Catalunya (decir eso es como decir que la religión católica está en peligro en el Vaticano o que Micky Mouse puede perder su empleo en Disney).
El manifiesto está lleno de verdades a medias. Se pide que “quede garantizado a todos los alumnos el conocimiento final de la lengua común” insinuando, al pedirlo, que eso no ocurre actualmente, cuando ellos saben que no es así. Los alumnos de Catalunya tienen un conocimiento del castellano igual de bueno – o de malo – que los alumnos de, por ejemplo, Extremadura... lo que pasa es que además también aprenden catalán y eso parece ser que es malo.

¿Tanto molesta la diferencia? ¿Tanto duele que las calles tengan placas donde se lea Carrer, Rúa o Kalea en vez de Calle? (seguramente si fuera en un dialecto local de escasa importancia lo encontrarían encantador los mismos que critican la rotulación en la lengua local y piden que la rotulación de las calles en “ningún caso podrán expresarse únicamente en la lengua autonómica”)

No nos engañemos... bajo la presunta defensa de una lengua se esconde la voluntad uniformadora donde una mayoría quiere imponer su voluntad a las minorías. Hoy es la lengua, mañana la religión, el color de la piel, la música que escuchamos o nuestra manera de vestir.

Desde este modesto diario, escrito en castellano desde un territorio donde conviven pacíficamente y sin problemas dos lenguas, quería expresar mi RECHAZO TOTAL al manifiesto y también quería aprovechar para decirles a los propulsores, que la aparición de este tipo de escritos es lo que en ocasiones me plantea dejar de escribir el diario en castellano, lengua en la que me siento más cómodo a la hora de escribir, para hacer el esfuerzo de escribir en catalán (mi otra lengua, ni primera ni segunda, simplemente mi otra lengua). Pero como yo si que creo en la libertad, no lo haré.

1 comentario:

Xavi dijo...

Raonament molt ben plantejat. Totalment d'acord. Cal viure a Catalunya per ser conscient de la gran mentida que defensen.