01 mayo 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 30 de abril de 2008


La infancia suele ser una caja que, guardada en un trastero y más o menos llena de polvo, siempre es grato abrir. Quizás es que, aunque no exenta de conflictos y preocupaciones, nuestra infancia es un periodo dorado en el que todo parecía más fácil. Algunos de mis mejores amigos – ahora, después de tantos años, parte de la familia aunque no nos unan lazos de parentesco - entraron en mi vida pronto y siempre hemos conservado el contacto. Pero, curiosamente, mi alejamiento de los cerca de 50 individuos con los que compartí 11 años de clases y juegos, ha sido – en los últimos 20 años y salvo alguna excepción – total.
El martes volví a abrir la caja de la infancia al reencontrarme con Luís, uno de esos 50 individuos de los que me separan más de 20 años. Luís, como yo, está a punto de cumplir 40 años pero en su sonrisa y en sus ojos soy todavía capaz de reconocer a ese niño con el que compartí parte de mi infancia.
Es imposible hablar de todo lo que ha pasado durante estos años, de los diferentes caminos que hemos tomado, de las decisiones erróneas y de los aciertos que hemos ido cosechando... pero ambos intentamos hacer un resumen para cubrir las enormes lagunas que el tiempo y la separación han dejado en el conocimiento que tenemos del otro.
Hay, quizás por falta de tiempo, poco tiempo para la nostalgia, pero pese a todo recordamos alguna tarde de juegos y a alguno de los compañeros de los que nada sabemos.
Me ha gustado volver a recuperar el contacto con Luís y espero que esto no se quede aquí y sigamos viéndonos de tanto en tanto. Y es que, aunque el tiempo nos obligue a cerrar cajas, nunca es conveniente utilizar mucho precinto.

Daniel Clowes. Lloyd Llevellyn
Durante la última semana, a parte de trabajar, he tenido tiempo de leer el último Peter Berling – tiempo perdido – y de disfrutar de Lloyd Llevellyn de Daniel Clowes. Los discos por escuchar y los suplementos de periódicos pendientes de revisar se siguen acumulando sobre mi mesa que amenaza con hundirse.

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