13 mayo 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 12 de mayo de 2008


Sábado. Como casi cada día, me levanto pronto. Llueve. Una de las pocas desventajas de tener perro es la obligación de salir a la calle en días como hoy. Aprovecho para hacerme con el periódico y con unos cruasanes pequeños para desayunar. Es una de las pocas salidas que vamos a hacer en un día marcado por las series de televisión, los paraguas rotos en la calle y los buenos ratos en casa en compañía de María José.

Domingo. Amador y María están en Barcelona. Hace más de dos años que no nos veíamos y, aunque hemos mantenido el contacto gracias al correo electrónico, volvernos a encontrar apetece muchísimo. Amador quería comer en el Maxi pero lo están remodelando. Pero como dicen que Dios aprieta pero no ahoga, mientras duran las obras los responsables del Maxi han abierto otro local en Barcelona. La carta es la misma, comemos tan bien como siempre.
Parece que no hayan pasado estos dos años e inmediatamente estamos en el mismo sitio en el que lo dejamos.
chucherías mexicanas, mi tesoro
María y Amador se han convertido en mis “dealers” de chucherías mexicanas. En esta ocasión el alijo con el que causarán no pocos momentos de placer es considerable. Gracias chicos, no sólo me habéis descubierto un mundo, también alimentáis mi adicción.
Después de comer, de la tarta de Santiago y de los habituales chupitos de orujo, nos acercamos a Graceland para continuar hablando (tenemos muchos temas pendientes).

Lunes. Se acerca el momento, para prepararnos hemos empezado a ver las películas de Indiana Jones. Tras ver “En busca del Arca Perdida” y “Indiana Jones y el Templo Maldito” salimos a la calle para airearnos un poco antes de comer y volver a la realidad.
Por la noche nos encontramos con Amador, María, Sandra y Ferrán en el Panyvino. Cena agradable y primera copa en el Borneo. Mañana toca trabajar, lo dejamos a una hora prudencial.

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