20 enero 2008

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 20 de enero de 2008


“Deconstructing Harry”. Con este Alleniano título puede resumirse una parte importante de mi actividad durante el fin de semana. Después de devolver el brillo original a las patas del Dirty Harry (que lucían un bonito color oxidado del que no se han desprendido del todo) he cometido la barbaridad de enfrascarme en un proyecto titánico de cuyo éxito no estoy del todo seguro. Voy a desmontar el pinball pieza a pieza y después voy a intentar montarlo de nuevo. Es una operación de limpieza y puesta a punto que no se si seré capaz de realizar. De momento, y tras un prometedor arranque, me he encontrado con el primer problema que me ha parado un poco.
A mi alrededor se acumulan tarros con tornillos, recipientes con tuercas, arandelas de distintas medidas, piezas de plástico, rampas metálicas, bombillas y herramientas. El desorden de mi mesa asusta un poco. Me oiréis hablar de este asunto durante semanas ya que el proceso será lento y laborioso.

Cenas y comidas con amigos y familia son las otras actividades destacadas del fin de semana. El viernes celebramos el inicio del fin de semana con una cena en casa de mis padres. El sábado Iola y David nos acogieron en su casa y nos ofrecieron una cena deliciosa (con larga sobremesa, risas y muchas copas que esta mañana han pasado factura). Hoy, todavía no repuesto del todo después de la larga noche de ayer, hemos decidido aprovechar la bonanza meteorológica con una barbacoa con Jordi P. y Emma a la que también se han apuntado David, Iola, Ona y Min. Barbacoa en Enero, el cambio climático ya está aquí y no todo tenía que ser malo.

Pasamos las últimas horas del día vegetando y durmiendo mientras mi mente desmonta piezas del Dirty Harry.

Jaime Gonzalo. Escupidos de la boca de Dios
He devorado “Escupidos de la boca de Dios” el libro de Jaime Gonzalo sobre La Banda Trapera del Río. Concebido más como un reportaje televisivo (ilustrado con muchas y buenas fotos) que como un ensayo literario sobre la banda, Jaime Gonzalo deja que sean los protagonistas los que hablen y nos cuenten la historia de un grupo mítico. Ágil, entretenido, bien documentado, un ejemplo de lo que la literatura sobre rock debe ser. Me han hecho reír sus locuras, he vivido las alegrías y he sufrido con ellos las tempranas desapariciones de algunos de los protagonistas de la banda.
Yo los vi en su retorno a los escenarios en los 90 (en la presentación del Club Trapero en Magic) y pude entrever pequeños restos de la grandeza que tuvieron encima del escenario. Ayer, mientras empezaba a desmontar la Dirty Harry, Graceland temblaba con las notas de su primer álbum y de la masterización que – a partir de una cinta de K7 – hizo Enrique Lindo de “Guante e Guillotina”, su segundo álbum grabado en 1982 e inédito hasta 1993.

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