26 abril 2007

“Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra.”
Gabriel García Márquez. Cien años de soledad


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 26 de abril de 2007


Sigo sin tiempo para nada. Las cenas con amigos se aplazan, las series pendientes se acumulan encima de la tele y en el disco duro del grabador, los proyectos que parecían de inmediata ejecución se dejan para mañana, ese texto que quería escribir y enviar sigue a medias... y los días pasan mientras tengo la sensación de que no hago nada más que trabajar mientras el sol brilla en la calle, al menos hasta que llegue el fin de semana.

Gabriel García Márquez. Cien años de soledadComo siempre hay momentos de sol entre tantas nubes: los desayunos, las cenas y las risas con María José, la lectura en el largo camino que me lleva a Levi Pants (he acabado “Cien años de soledad” y hoy empiezo un Michael Connelly), las buenas noticias que llegan desde México – Amador y María han sido padres -, el sol que no puedo aprovechar... es jueves, ya queda poco para el fin de semana, menos de lo que algunos creen.

No hay comentarios: