17 abril 2007

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 15 de abril de 2007


Sábado. Suena el despertador. Me levanto de mal humor por el madrugón y porque, no consigo entender la razón, el jodido – perdonen ustedes, pero ya he dicho que he amanecido de muy mal humor y eso justifica mi inadecuado léxico- estribillo de la última canción de Luís Euardo Aute no ha dejado de alterarme el sueño de manera machacona.

Nos ponemos en ruta – hemos alquilado un coche – hacia Castellón. Llueve, Cass no deja de llorar durante todo el viaje – tres horas – y el indicador de aceite del coche se enciende amenazando con dejarnos tirados en medio de la nada.

Pero – heroicamente y pese a todos los inconvenientes y a mi mal humor – llegamos a Castellón y todo mejora. Lidu nos prepara desayuno y café mientras Alejandro y Joana abren sus monas. Ya repuestos después de desayunar, cruzamos la calle y vemos el nuevo piso de Pepe y Lidu – los padres de María José - . El piso ha quedado muy bien y tenemos nuestra propia habitación.

Siestas, comilonas familiares, mas siestas y más comilonas... nadie dijo que la vida familiar fuera fácil.

Domingo. Me levanto pronto y salgo a dar un paseo con Cass por Castellón. Ha dejado de llover y el viento ha secado las calles. Gente que todavía está de fiesta, algún madrugador camino de la panadería del barrio y poco más. Me cuesta encontrar algo abierto pero al final consigo un periódico.
Vuelta a casa. Siestas y comilonas. Después de una paella sensacional y de otra pequeña siesta, nos despedimos y volvemos a la carretera.

Cass, agotada después de jugar con Alejandro y ser mimada por toda la familia, duerme detrás y el camino es mucho más agradable que a la ida. La música – la habitual en nuestros viajes – también nos hace más fácil el viaje.

Al llegar a casa, devolvemos el coche en la Estación de Sants y volvemos a casa dando un largo paseo. Es una buena manera de acabar el fin de semana.

No hay comentarios: