15 enero 2007

“una de las cosas esenciales ue proporciona la lectura es aprender a pensar, y no hay nada más peligroso para el poder que un pueblo pensante”
Alberto Manguel en El País, Sábado, 13 de enero de 2007


DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 13 de enero de 2007


Suena el despertador y 20 minutos después ya estamos duchados, vestidos y listos para salir. Nos despedimos de Eli – que se queda al mando (si Cass se lo permite) – y, con el coche, nos plantamos en el aeropuerto en 10 minutos.
Nada más subir al avión me duermo y no despierto hasta pocos minutos antes de llegar a Sevilla. Contra todo pronóstico, hace mucho frío (más que en Barcelona).
Dejamos los trastos – pocos – en el hotel (un fantástico y céntrico NH por el que no pagaremos nada gracias a la generosidad de Lidu) y salimos a patear la ciudad.
Hemos desayunado en el aeropuerto mientras esperábamos que saliera el avión, pero el frío nos obliga a hacer una parada técnica para que un cafelito nos caliente. Lo acompañamos con un cruasán (por desgracia muy flojo). La “Cervecería Giralda” nos sirve para calentarnos y para empezar a disfrutar de la amabilidad y el ambiente de la ciudad.

la giraldaLa Giralda, el impresionante interior de la Catedral, las callejuelas de Santa Cruz, una tapa de boquerones fritos en el bar “Agua y Vida”, la Torre del Oro, las calles y pequeñas plazas de Triana, patios interiores llenos de plantas, un paseo con bicicleta por el parque de María Luisa (que casi acaba con nuestra salud a base de intentar emular a Indurain), un labradora (me refiero a una perra, no a una señora que se dedica a trabajar en el campo) que me deja el abrigo lleno de babas, una cervecita en el “bar Citroen”, la torre del orola búsqueda de un bar para comer tranquilamente sentados (nuestro cansancio ya no nos permite comer de pie), unas tapas en la “Taberna Miami, Colmao trianero”, un paseo hasta el hotel y, finalmente, una larga siesta donde recuperar fuerzas.

Siesta.

Cuando nos levantamos, después de un par de horas, ya ha oscurecido pero tenemos tiempo para visitar el “Museo de Bellas Artes de Sevilla”. A parte de la colección permanente (principalmente pintura eclesiástica – Murillo, Zurbarán, Pacheco, Valdés Leal...-) encontramos un par de exposiciones. Un “diálogo” entre la propia colección del museo y una selección de las obras del “Musee Goya de Castres” (una de las más completas colecciones de arte español fuera de España) y “Realidades” una muestra de fotografías de Pierre Gonnord de gran formato que hábilmente han sido distribuidas a lo largo de la colección permanente. La solución – atrevida – es una de las propuestas más interesantes que he visto últimamente. Las fotografías de Pierre Gonnord no desentonan frente a los cuadros que les acompañan.

sevillaSalimos a tiempo para pasear por la zona más comercial de Sevilla y para ver las esculturas que ocupan la plaza Nueva. Un nuevo paseo por el barrio de Santa Cruz – que no pierde su encanto por la noche – nos prepara para la cena. Un taxi nos acerca a la calle Betis dónde no encontramos el ambiente que nos han prometido. Seguimos paseando – a estas alturas más bien arrastrando los pies – por Triana hasta que conseguimos enmesarnos en el “Blanca Paloma” (c/San Jacinto, nº48. Sevilla. Tel. 954333640). Cenamos muy bien y al acabar volvemos rápidamente al hotel para evitar caer dormidos en la mesa del restaurante.

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