02 diciembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 1 de diciembre de 2006


Y de nuevo el fin de semana, cargado de promesas de felicidad y ocio sin límite, aparece cuando nuestro organismo mas lo necesitaba.
Y decido empezarlo a lo grande en ese espacio desierto que es el “Forum” dónde este fin de semana alguien a tenido la ocurrencia de organizar un festival de música. El cartel del Primavera Club – que así se llama el evento -, sin grandes estrellas, es atractivo y en él destacan con luz propia dos americanos locos: “They Might be Giants”. Pero el concierto de los newyorkinos es tarde (programado a las 00:30 finalmente empezará algo mas tarde), tendré que hacer tiempo mientras me paseo por los otros escenarios del festival.

CCIB Estación de enlaceEl vestíbulo del Auditori tiene algo de estación de enlace de una versión de bajo presupuesto de “Star Treck”. Por el desangelado y vacío espacio deambulan almas perdidas en búsqueda de un bocata o una cerveza. Entre ellas “Víctor mans blaves” al que suponía en Viella esperando la nieve que no llega.
Nos comemos uno de los peores bocatas que me ha tocado comer últimamente (mucho mejor – no obstante – que el bocata del “Paco”) y entramos en la sala donde acaba de empezar el concierto de Richard Hawley. El rock de los cincuenta del ex pulp no está hecho para un espacio tan aséptico como este (sin humo, sin alcohol, con sillas comodísimas que invitan a cerrar los ojos y dejarse ir). Aguanto unos cuantos temas pero ante el riesgo – real – de quedarme a pasar la noche en el “Auditori” decido cruzar al otro lado dónde ya están actuando los americanos “Sparklehorse”.sparklehorse Su concierto va, pese a su falta de actitud en escena, de menos a más (esta sensación está sin duda influenciada por el creciente consumo de cerveza ya que el azar ha creído oportuno poner en mis manos más consumiciones de las que soy capaz de ingerir).
Mientras actúan los americanos me encuentro con Víctor (que sólo aguantó medio tema de Richard Hawley con las orejas todavía extasiadas tras escuchar a “The Twilight Singers”, concierto que me he perdido por los extraños horarios de Levi Pants) y lo vuelvo a perder.
Ya falta poco para la hora del concierto de “They Might be Giants”. Mato el tiempo con mas cervezas y el show que organizan las brasileñas “Cansei de ser sexi”.

Hace muchos años (creo que fue en – no os asustéis – 1988) decidí comprarme un disco (naturalmente de vinilo) de un grupo entonces desconocido (en casi 20 años no han avanzado demasiado en ese aspecto). They might be giants. grandes“They might be giants” se convirtió en una de mis bandas favoritas y su disco en uno de los que más veces he escuchado. Y cuando los tenía algo olvidados, los vi aparecer en el cartel del Primavera Club y la nostalgia me venció. No esperaba mucho del concierto pero desde el primer momento – entrada triunfal acompañados por el “Carmina Burana” de Carl Orff – el festival que organizan en cada tema John Linnell y John Flansburgh (que ya se acercan a ese deseo expresado en “TMBG” “I hope that I get old before I die”) me atrapó y una sonrisa – compartida con el resto de la creciente audiencia que me rodeaba – me acompañó hasta el final del concierto. Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien y la gente que me rodeaba estaba disfrutando también de un espectáculo genial.

vuelta a casa en taxiAl final del concierto decido retirarme. Busco y encuentro a Víctor, nos felicitamos por lo bien que lo acabamos de pasar y me despido de él. En los otros escenarios la música electrónica anuncia una larga noche de fiesta.

La vuelta a casa es caótica pero más corta de lo esperado. Ha sido una noche genial.

No hay comentarios: