20 noviembre 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 19 de noviembre de 2006


Sábado. Después de desayunar, María José se va a un cursillo y me deja al mando en Graceland. Es pronto, hay mucho que hacer y Cass no colabora. Poco a poco consigo adecentar la casa y empezar a preparar la comida (aquí si que colabora Cass, concretamente en la eliminación de restos orgánicos).

María José vuelve del curso y nos encontramos con Rafa y Yoli en el “Maxi”. Comemos, como siempre, muy bien y de regalo (gracias a los contactos de Yoli) nos llevamos una estupenda caja negra de Coca-cola (sobre la que ahora descansa nuestro tocadiscos).
El sol se empieza a poner y ya estoy reventado. Un intento de siesta y me pongo a trajinar en la cocina.
A la hora prevista lo tengo todo preparado (gracias a la ayuda de María José y después de un pequeño percance con la ralladora).
Cenamos con mis primos: Juan, Tere, Mar, Carlos, Pablo y Elena (los vecinos – pese a los gritos, las risas y el jaleo que armamos – de momento no se han quejado) y lo pasamos bien.
Al final el cansancio pasa factura y, tras echar a la familia que amenaza con quedarse a vivir en casa, nos vamos a dormir un poco antes de lo que suele ser habitual en estas cenas “de primos”.

Domingo. Conseguimos armonizar las necesidades de calle de Cass con nuestro cansancio y la mañana pasa lenta y placidamente.
Poco antes de mediodía nos acercamos a Sant Celoni para dejarle un congelador de helados a Xosé y Julia y llevarnos una caseta de perro que ellos no utilizan. En el patio de su casa, junto a la piscina, hacemos un aperitivo antes de volver a casa, donde poco a poco nuestros planes van cayendo mientras vemos series (hemos acabado por fin la primera temporada de “Prision Break”), dormitamos y dejamos que el domingo pase con poco consumo de energía.

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