03 julio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 02 de julio de 2006


Sábado. Barbacoa en el patio con Yoli, Rafa y Lucas. El patio de Graceland vuelve a brillar a buen nivel. Larga sobremesa, Lucas y Cass jugando, partidas con la máquina a un juego de fútbol para ir haciendo boca (Rafa me pega unas palizas de miedo) y un intenso Inglaterra – Portugal como postre a una tarde sensacional.
Dejamos pasar el resto del día a ritmo tranquilo, sin obligaciones ni prisas.

Domingo. Como ya es habitual, me levanto pronto y salgo a dar un paseo con Cass y a comprar el periódico. De vuelta a casa, preparo el desayuno y hago que Cass despierte a María José.
Antes de ir a casa de mis padres, pasamos por el centro comercial para buscar un regalo. Ayer empezaron las rebajas y, aunque es pronto, ya hay mucha gente. Hacemos lo que hemos venido a hacer y huimos a buen ritmo.
Cass, escondida la comida de los gatos, da vueltas por casa de mis padres buscando algo para comer. Mi madre se encarga de que no lo tenga muy difícil. María José y yo también pillamos: María José una bolsa de playa y yo gazpacho casero.
Al salir nos pasamos por casa de Eli y Cesc. Hacemos una cervecita y hablamos un rato mientras Eli juega con Cass. Aquí también pillamos: un ventilador, una camiseta soviética que Eli me ha traído de San Petesburgo, regalos de cumpleaños, un collar... y si nos dejan media hora más, consigo llevarme el decodificador de Canal Satélite.
Volvemos a casa. La barbacoa está en el centro del patio y quedan hamburguesas en la nevera. No cuesta decidirse y poco después nos comemos unas estupendas hamburguesas a la brasa.
Siestas, tele, lectura, paseos... lo típico de un domingo por la tarde, sirve de epitafio para el fin de semana. Sólo quedan tres días para el próximo.

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