01 junio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Miércoles, 31 de mayo de 2006


Martes noche. Cena con Jordi R2 en Graceland. Jordi, como últimamente es – por suerte – habitual, viene con un pan bajo el brazo (hecho por él, delicioso). Pese a que hace un poco de frío decidimos cenar en el patio.
Tras la cena Jordi y yo nos enfrascamos en una larguísima y dura partida de “Pang”. María José se queda dormida en el sofá mientras nosotros no paramos de poner monedas en la máquina.

Miércoles. Mañana fantástica en compañía de María José. Tarde horrible en Levi Pants (no me pagan por soportar conductas tabernarias). Recupero fuerzas con una cena con Jordi P en el “Petra” (Sombrerers, 13 Barcelona. Tel. 933199999). Local bonito (ocupa el lugar de un desaparecido clásico del barrio, el “Carpanta”), comida buena y un precio razonable. Seguramente volveremos.
Hacemos la primera copa en el “Kan Kan” (Grunyi, 4 Barcelona Tel. 933100463) en compañía de Dani y Toni y continuamos después en un bar del barrio (en el que somos invitados por un parroquiano) y hacemos la que sobra – tras una larga caminata – en un bar de la Rambla del Raval. Acompaño la última cerveza con un shawarma.
Entre cerveza y cerveza, prometo a Jordi escribir sobre una de las peores experiencias gastronómicas que he tenido últimamente. Lo prometido es deuda.

EL BOCADILLO DE JAMÓN DEL PACO

“El paco” es el nombre con el que mis compañeros de trabajo llaman al bar que hay junto a la fábrica. No se llama Paco, pero el nombre del peculiar propietario predomina sobre el verdadero nombre del local. “El Paco” es – siendo generoso en mi descripción – un bar cutre y que no destaca especialmente por la limpieza (los ceniceros no existen y todo – absolutamente todo – va a parar al suelo hasta que – con menos frecuencia de lo que sería deseable – Paco o su hija Paqui se deciden a pasar la escoba).
En un día de mucho trabajo le pedí a Xavi – compañero de trabajo y parroquiano habitual del Paco (y consumidor casi compulsivo de sus bocadillos) que me trajera un bocata del Paco (de jamón dulce). Que error.
El pan de los bocadillos del Paco es lo mas parecido al chicle que he probado nunca. Gomoso, correoso, blando hasta decir basta. Su masticación continua provoca dolor de mandíbula. He probado panes malos, pero pocos como este.
Paco ha descubierto que mariconadas como ponerle aceite o tomate al pan no son mas que aventuras de cocina creativa y, por lo tanto, totalmente innecesarias.
Para rematar el conjunto está el relleno del bocadillo. Lo que él vende en sus bocadillos como jamón dulce es un fiambre de la peor calidad.
El resultado es insultante, una combinación diabólica, una afrenta a la gastronomía pocas veces superada.
Hace casi dos años, en mi primera visita al “Paco” decidí que ese sería mi primer y último café en el local. Tras comer el bocadillo también decidí que sería el último. Si estáis interesados en probar las delicias de “el Paco” os puedo pasar la dirección, pero si no os va el masoquismo no os lo recomiendo.

No hay comentarios: