26 junio 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 25 de junio de 2006


Sábado. Tras el paseo matutino con Cass, preparo el desayuno y desayuno con María José. Tenemos que salir pero da pereza, la fiesta de ayer – aunque tranquila – pasa factura. Finalmente, a las 2, conseguimos ponernos en ruta hacia Blanes.
Hemos quedado con la familia de María José para hacer una despedida del camping donde María José pasó los veranos de su infancia y su adolescencia. Durante todo el día se mezclarán recuerdos, nostalgias por un tiempo ya perdido e historias del pasado. Son muchas las vivencias, las sensaciones, las alegrías y las penas que aquí han vivido todos y se nota.
Llegamos a la sobremesa y, aunque no hemos comido, nos apuntamos al café. Tertulia, intentos de siesta y paseos por el camping – hay que despedirse de todos los rincones – llenan la tarde.
Decidimos llevar a Cass – y a los niños – a la playa. En la playa de Malgrat nos damos el primer baño de mar del año y disfrutamos – y sufrimos un poco – al ver como Cass se vuelve loca jugando con las olas. Al cabo de un rato se empieza a tranquilizar y conseguimos que entre un poco mas allá de donde rompen las olas.
Volvemos al camping. Baño en la piscina mientras el sol se pone, barbacoa – deliciosa – en el porche de la cabaña, larguísima sobremesa y paseo de despedida.
Al subir al coche Cass se duerme. Estamos los tres cansadísimos y la vuelta se hace dura.

Domingo. Día de recuperar fuerzas, de leer el periódico en el patio de casa, de desayuno reposado, de lectura (estoy leyendo “Berlín, la caída: 1945” de Antony Beevor), de siestas con María José, de cortísimos paseos con Cass, de colgar cosas en casa (una nueva manguera – la última estaba llena de agujeros gentileza del miembro mas peludo de la familia -, un cuelga bicis...), de limpiezas y visionados de series. Es domingo y se tiene que notar.

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