30 mayo 2006

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 28 de mayo de 2006


Sábado. Doloridos, cansados y algo resacosos (al menos uno de los tres) vamos a clase de “perritud”. Hoy es el último día y he de reconocer que hemos aprendido mucho (nada que no supiéramos, pero hemos aprendido a aplicarlo). Paseos, siestas y vagancias varias nos acercan a la hora en la que – hoy tenemos boda – arrancamos a ritmo rápido.
Ducha, acicalamiento y – un poco después – salimos de casa guapos y preparados para la boda de Sandra y Oscar.

Viaje en coche, un poco de espera (llegamos los primeros) y reencuentro con la familia. La ceremonia, en el jardín del restaurante, es bonita y emotiva. Después lo habitual: aperitivo, comida (muy buena), baile, copas, baile y (en el salón está prohibido fumar) puro en el exterior... Sandra y Oscar están contentos (hay mucha complicidad entre ellos) y nos transmiten su entusiasmo.

No estaría completa la crónica de esta boda sin hacer una mención al generoso escote de la prima Montse... motivo de no pocas alegrías entre los asistentes a la fiesta.
Al volver a casa, son ya las tres, damos un paseo por la cercana feria con Cass.

Domingo. Cansados. Sólo hay fuerzas para un par de paseos por el barrio, todavía en fiestas, y unas cuantas partidas al Puzzle Bubble.

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