19 septiembre 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 18 de septiembre de 2005


De nuevo consigo hacerme con un teclado para poder escribir una nueva entrada de este diario. Parte de mi tiempo es desperdiciado en batallas perdidas contra la inoperancia de la compañía telefónica con la que tengo contratada la línea, por desgracia la única posible. Por fin, tras mas de dos semanas de silencio, el teléfono vuelve a sonar. Ahora inicio una nueva batalla, esta vez con la empresa con la que tengo contratado el adsl. Parecen más competentes... pero seguramente sólo lo parecen.

Viernes. La explotación semanal a la que Levi Pants me somete ha llegado a su fin. Me encuentro con María José y – juntos – vamos a casa de María y Amador que nos han preparado un auténtico festín mexicano: Guacamole, nachos, un festival de salsas, pimientos rellenos – deliciosos –, mole con pollo – el plato estrella – tequila y cerveza, mucha cerveza. Acaban de volver del Camino de Santiago y tras ver las fotos y contarnos un montón de anécdotas, nos obsequian con una tarta de Santiago que nos han traído.
Es muy tarde cuando llegamos a casa. El fin de semana ha empezado y la semana laboral queda ya muy lejos. Ha valido la pena. Muchas gracias por la cena.

Sábado. Llueve. Acabamos en el centro comercial que hay junto a Graceland a la caza de regalos de cumpleaños atrasados. En un despiste de María José aprovecho para comprarme el “Want Two” de Rufus Wainwright y el “Chambre avec vue” de Henry Salvador. En el Ikea intentamos comprar unas estanterías pero al ver el tamaño de los paquetes y el tamaño del coche, decidimos dejarlo para otro día.

Domingo. Comida con Eli y Cesc en Graceland. Es lo que María José ha bautizado como “hermanitos y cervecitas”. Nos lo pasamos en grande y, al final, los echamos. Queda tras su paso un cementerio de botellas de cerveza. Siesta y “24” (tenemos un montón de episodios gravados y nos estamos poniendo al día).

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