22 julio 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 21 de julio de 2005


Miércoles. Mañana tranquila en compañía de María José y – cuando ella se va a trabajar – aprovecho para hacer trámites relacionados con el piso.
A mediodía bajo hasta el Borne, me siento en una terracita y espero a Jordi R. Comemos un menú en el “Thai Café” (c/ Comerç 27 Tel. 9683959), uno de los últimos restaurantes que han abierto en el barrio. El local es moderno, muy en la línea de diseño que está invadiendo el barrio, y algo incómodo (esas sillas de plástico, esos taburetes altos...), da la impresión de que está pensado para tomar algo rápido y no para disfrutar de una larga sobremesa. Empiezo con salmón marinado (muy bueno), pruebo los pasteles de pescado (deliciosos) y como un curry verde que está de muerte. En la cuenta nos intentan cobrar de mas (quizás sea un error, pero es ese tipo de error que pasa con demasiada asiduidad en dos semanas me ha pasado en dos locales, el otro fue el restaurante “La Rueda”).
Solucionado el tema salimos a buscar un lugar tranquilo para hacer una cerveza y acabamos recalando en el Kan Kan (c/Grunyi, 4 Tel. 933100463).

Vuelvo a casa y, nada más cruzar la puerta, estalla la tormenta. Faltan tres días para la firma de la hipoteca, nuestro único interlocutor en el banco está “missing”y sus compañeros de trabajo no tienen ni idea de cómo está diseñada nuestra operación y están más perdidos que su jefe. Llamadas, más llamadas, aclaraciones, problemas...

Horas después y una vez hemos conseguido reconducir parcialmente la situación, dejo el teléfono y me voy al teatro con María José. Nuestra intención es desconectar pero la obra elegida “La Intrusa” (Espai escènic Brossa) no nos ayudará demasiado. La escenografía es, sin lugar a dudas, lo mejor de una obra que no consigue hacernos disfrutar en ningún momento. Las interpretaciones son flojas (no quiero faltar a nadie y lo dejaremos aquí), el ritmo inexistente, los movimientos en el escenario rozan lo patético...
Volvemos a casa riendo, “a las penas puñalás”).

Jueves. La tormenta sigue dando coletazos. Llamadas y mas llamadas.
A media mañana recibo una primera oferta económica por nuestro piso y, mientras estoy sentado con el señor que me la hace, recibo una llamada que me hace una segunda oferta.
Llamadas y mas llamadas. Amigos nos ayudan, otros nos asesoran... al final de la mañana hemos cambiado la operación que teníamos diseñada para la hipoteca.
Más llamadas por la tarde y algunas incluso por la noche. Estoy agotado.

María José se encarga de preparar la cena y cenamos mientras vemos “Perdidos” (la serie menos previsible que he visto últimamente y, eso se agradece, cada vez me gusta más).

La batalla con el troyano que invade mi ordenador sigue. Parece que el tema está controlado pero – ni mucho menos – eliminado totalmente.

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