DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 26 de junio de 2005
La fiesta pasa factura y el domingo se convierte en un conjunto de perezas, posiciones horizontales en distintos muebles y actividades que requieren poco esfuerzo.
Por la tarde conseguimos salir y leemos un rato en la terraza de “The Black Horse”. Pese al calor corre una brisa agradable y se está muy bien.
Volvemos a casa y, ante la perspectiva de cocinar, decidimos hacer una pizza en el “Panyvino”. Alargamos así un fin de semana excepcionalmente largo y bien aprovechado. Volvemos a casa caminando por un barrio que se resiste ante el avance imparable de la rutina laboral.
27 junio 2005
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