14 abril 2005

“Pero es en el siglo XIX cuando las representaciones de tiempo se modifican. Los románticos, en lugar de valorar la inactividad como algo detestable, la consideran una oportunidad única para dedicarse ya no a la contemplación divina sino a la introspección (...) En este contexto, el burgués, además de ser el más rico ( quien controla los medios de producción desde el materialismo histórico) es aquel que tiene la posibilidad de disponer de su tiempo.”
Glòria Soler. En busca de la ociosidad. Cultura/s de “La Vanguardia” 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 14 de abril de 2005


En mi afán por consumir productos culturales (libros, discos, dvd’s...) me he dejado llevar – la culpa es del Fnac - por el afán parejo de poseerlos. Inmerso en esta dinámica había olvidado la existencia de las bibliotecas.
Decido apuntarme a la biblioteca del barrio con la intención de encontrar libros descatalogados que hace tiempo que busco y de abandonar – o al menos reducir – la acumulación innecesaria (pero, he de confesarlo, placentera) de libros y cd’s.
Mi primera búsqueda (“El peor viaje del mundo” de Apsley Cherry-Garrard) da como resultado un fracaso parcial. Tendré que ir a buscar el libro en una biblioteca del otro extremo de la ciudad. Para resarcirme del sinsabor me voy a la sección de música y encuentro el último disco de “Franz Ferdinand”. Cojo también una guía de viajes que me servirá para preparar nuestra próxima salida de fin de semana y otro disco (la banda sonora de “Good Morning Vietnam”). Precio total de la adquisición: 0 Euros.

Durante los últimos días Levi Pants ha dejado poco tiempo para el ocio. Series de televisión (“Seinfeld”y los primeros capítulos de “Urgencias”) y un poco de lectura han sido los encargados de consumir este bien tan preciado y, por desgracia, tan escaso.

Acabo “Vaig creure que el meu pare era Déu” de Paul Auster. Es una recopilación de las historias que los oyentes del programa “Weekend All Things Considered” enviaron al autor. Historias reales , fragmentos de vida explicados por sus protagonistas, fotografías de una nación en diversos momentos de su historia... su lectura es muy agradable. Algunas historias despiertan una sonrisa, otras una profunda emoción. Hay historias tristes, alegres, intrascendentes, sorprendentes, incluso mágicas.
Hora de entregarse a un Best seller. “Devoradores de cadáveres” de Michael Crichton servirá.

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