01 abril 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 1 de abril de 2005


Jueves. Róbert (así, con acento en la o), tras un par de meses de trabajo en Levi Pants, ha decidido que el mundo de los pantalones no es el mejor sitio donde invertir una vida. Su sabia decisión merece una cena de despedida. Los organizadores, sin pensar demasiado, deciden que el mejor lugar para celebrar el acontecimiento es el bar gallego de la ciudad vecina que tuve la "fortuna" de visitar hace algunas semanas.
Cena, risas y conversaciones en torno al mundo de los pantalones (cuando los pantaloneros nos reunimos somos incapaces de hablar de otro tema) consiguen ocupar el hueco que la comida - escasa - ha dejado.
El parroquiano que se nos unió la última vez que cené aquí aparece a su - supongo- hora habitual y, como si fuera parte de una liturgia esotérica, se incorpora de nuevo al grupo aportando historias poco interesantes y aún menos edificantes.
Se remata la noche en un garito cercano. A una hora poco prudencial protagonizo una de mis ya tradicionales desapariciones nocturnas y decido volver a casa.

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