20 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Sábado, 19 de marzo de 2005


Suena el despertador y volverá a hacerlo muchas veces antes de que consiga – tras un esfuerzo heroico – levantarme. Tras desayunar con María José salgo a la calle con la intención de mirar un par de cosas para el regalo de cumpleaños de María José (hoy es su santo y – pese a que no lo celebramos – ya ha tenido su pequeño regalo). Hace sol y pasear por la ciudad es una gozada.
Es casi mediodía cuando, con la misión cumplida, llamo a María José y decidimos improvisar. Quedamos en el “Kikuchan” para comer y, como no estoy demasiado lejos, aprovecho para acercarme al apartado para recoger un par de discos y para sentarme en una terracita al sol para acabar “La tentación de lo imposible” y empezar “El último merovingio” de Jim Hougan (cuando estás acabando un libro siempre debes llevar encima el siguiente para evitar quedarte sin lectura).
María José llega (tras superar indefiniciones de orientación que casi provocan un desencuentro que hubiera sido fatal) y comemos sashimi mientras nos contamos la mañana (yo no puedo contar demasiado sin desvelar mi oculto destino y las razones que me han llevado a él).
Al salir decidimos seguir improvisando y vamos hasta el “Caixaforum”. Primero vemos las nuevas adquisiciones de la Colección de la Fundación “La Caixa”. Impresionantes las obras de Óscar Muñoz, Ernesto Neto, Xavier Veilham y las inquietantes fotos de Gillian Wearing.
Al salir nos encontramos con la exposición “Turner y Venecia”. Había oído hablar mucho de la magia de las acuarelas de Turner pero nunca había tenido la oportunidad de contemplarlas (sólo había visto reproducciones). La exposición – pese al reducido espacio que le han dedicado – vale la pena.
Vuelta a casa donde me esperan los periódicos del día, una larga siesta, un par de capítulos de “Senfield” y el partido Barça – Deportivo que acerca un poco más al Barça a ese título de liga que los últimos años le ha sido esquivo.

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