29 marzo 2005

DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 24 de marzo de 2005


Me levanto gracias al aumento de moral que supone enfrentarse al último día laborable antes de cuatro días de descanso y relax. Preparo el desayuno y despierto a María José que, disfruta ya, de unas merecidas aunque cortas vacaciones.
Las primeras horas de la mañana en compañía de María José son fantásticas. Pero yo tengo cosas que hacer y María José sale en misión de rescate.
Primera parada: Cacao Sampaka. En este palacio de ensueño para todo chocolatero compro una mona (heterodoxa, pero mona al fin y al cabo para Anna, mi ahijada (es tradición en Cataluña que el padrino compre a sus ahijados una “mona”- antiguamente un pastel y una figura de chocolate en la actualidad -).
Estoy frente a la galería que dirige Isa después de abandonar el negocio de la confección de pantalones. Me paso a saludarla y, en la misma calle, visito la galería Jordi Bernadas. Los cuadros de Joan Mateu me gustan aunque algunos me parecen poco sinceros.
Hora de continuar, después del necesario paréntesis amigo-cultural, con mi lista de “tengos que”. No puedo, no obstante, contar nada de las paradas que siguen ya que no quiero dar pistas a nadie sobre su próximo regalo de cumpleaños.
Vuelta a casa, el día lluvioso ha dado paso a un día de sol fantástico para pasear. Es hora de ir a Levi Pants. Por el camino acabo “El último merovingio” un best-seller relleno de leyendas urbanas y teorías conspiratorias variadas y, pese a todo, entretenido.

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