11 diciembre 2004

“A priori, un trabajador, por el simple hecho de formar parte del engranaje económico, es considerado como una persona virtuosa; por el contrario al ocioso se le ve como un perezoso o, peor aún, un gandul, un vagabundo, un inadaptado social. El deber y el derecho al trabajo se encuentran en el art. 35 de la Constitución española, pero al ocio no se le considera ni un derecho ni mucho menos una obligación.”
Glòria Soler. En busca de la ociosidad. Cultura/s de La Vanguardia 123


DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 10 de diciembre de 2004


Ya tenemos árbol (como siempre hecho por María José con materiales reciclados) y lo hemos empezado a llenar de postales. La primera que llegó fue la de Kris y Tony y la segunda (y última hasta el momento) es la de el alcalde de nuestra ciudad (al que, como muestra de buena voluntad navideña y en respuesta a su amable – y, no nos engañemos, más falsa que judas – felicitación, no adornaré con los adjetivos que se ha ganado gracias a su inhábil gestión al frente del consistorio).
Los últimos días – ha vuelto el trabajo – ha quedado poco tiempo para disfrutar.
Tiempo que he invertido, junto a María José, en empezar el visionado de la tercera temporada de “Los Soprano” y que he malgastado, también junto a María José, viendo la insufrible “Cold Mountain”.He cometido el error de instalar de nuevo “Age of empires” y no paro de perder partidas. También tengo problemas con el “Doom”. He llegado a una pantalla llena de malos (muchos y muy malos todos) que no soy capaz de superar.

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