11 noviembre 2004

“En la antigüedad, no sólo la Biblia había puesto el trabajo en su sitio. Como dice Lafargue, para los romanos el trabajo remunerado era vergonzoso y la pereza una virtud. De hecho, la virtud era el ocio, su contrario, el nec otium (el negocio), era una conducta interesada, sudorosa y ávida, indigna de patricios. Algo de ello quedaba en el desprecio a las labores de los hidalgos españoles.”
Enric Sòria. Vindicación de la pereza. Cultura/s de La Vanguardia 123.


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 11 de noviembre 2004


Me levanto pronto, desayuno con María José y, estimulado por el café y la música del “Lágrimas negras” de Bebo Valdés y El Cigala, me siento delante del ordenador para poner al día un diario que los últimos días ha caído en el más absoluto de los olvidos.
No tengo tiempo para demasiadas alegrías durante la semana. Mi horario laboral, unido al cursillo que he iniciado recientemente, me dejan en una situación difícil para desarrollar mi tiempo de ocio con la riqueza que sería deseable. No hago el cursillo por motivos laborales y me lo paso bien. Creo que eso lo convierte en una actividad de ocio, poco variada pero reconfortante.
Todas las mañanas salgo de casa y camino por el barrio que empieza a despertar. Hace frío y el olor que sale de las panaderías es delicioso. Ruido de persianas que se abren, de conversaciones soñolientas y de saludos entre vecinos. Cuando llego al Metro - después de atravesar una plaza en la que las hojas, bailando con el viento, flotan ante mis ojos - toda la magia se rompe. Sólo me queda refugiarme en la lectura hasta llegar a la ciudad vecina.
Vuelvo a casa tarde y, de nuevo con María José, disfruto del merecido descanso. Mientras esperamos ese préstamo de “Friends” (quinta temporada) que no acaba de llegar, seguimos con “24” (que ha mejorado respecto a la segunda temporada, demasiado parecida a la primera.
Poco más puedo explicar de esta semana (una cena en “El Foro”, mi lectura del libro de Fridtjof Nansen que avanza – como su expedición – lenta y con dudas, largas conversaciones con María José...).
Sigue sonando el “Lágrimas Negras” (concretamente “La bien pagá”), arranca una nueva jornada.

No hay comentarios: