22 septiembre 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
miércoles, 22 de septiembre de 2004


Cuando te enfrentas a una semana laboral de cuatro días (el viernes será festivo en Barcelona) todo parece más fácil. Las jornadas, que si contamos las horas son igual de largas que el resto del año, se sobrellevan mejor y todo el mundo parece más contento. Mañana es el último día de trabajo de esta semana y, mientras Barcelona se prepara para celebrar su fiesta mayor, María José y yo estamos todavía peleándonos con las páginas de las compañías aéreas de bajo coste intentando conseguir un billete de huída a un precio razonable. Parece ser que tenemos la batalla perdida pero lucharemos hasta el final.
El poco tiempo que me ha quedado estos últimos días -después de trabajar y de buscar billetes baratos- lo he invertido en acabar la primera parte de “Milenio Carvalho” (que es más un libro de viajes que una novela policíaca) y en empezar “Los crímenes de Oxford” del escritor argentino Guillermo Martínez (en pocas páginas ha conseguido atraparme).
Ayer Jordi R2 se presentó en casa y tuvo a bien regalarnos uno de sus fantásticos panes. En esta ocasión hemos sido agraciados con una delicia con pipas en la corteza que ha convertido el desayuno de esta mañana en un pequeño banquete. Como dice el dicho: “quien tiene un amigo que hace panes viviendo en el vecindario, tiene un tesoro”.

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