23 julio 2004

 “Las cosas nunca salen como uno prevé”
Michael Crichton. Presa.


DIARIO DE UN OCIOSO
Jueves, 22 de julio de 2004


Por primera vez en esta larga semana consigo hacer un hueco en mi apretada agenda y, después de desayunar con María José, bajo al Club. Disfruto del mar, de la piscina y del sol que hoy aprieta especialmente.Vuelvo a casa y el mundo que había previsto para este mes de agosto se desmorona en segundos como un castillo de naipes: adiós a las vacaciones en S’Agaró, adiós al curso en el que tanto estaba aprendiendo, adiós a la cola para sellar en el paro...  La empresa de la ciudad vecina con la que me entrevisté ayer parece que acepta mis condiciones y, si esto acaba siendo así, mi situación laboral puede cambiar en pocos días. Mañana viernes puede concretarse todo. Tendría que estar muy contento, pero la sensación es agridulce... dejo mucho a este lado del espejo.

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