09 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Viernes, 9 de julio de 2004


Jueves. Desayuno con María José y después trabajo un rato con el ordenador. Veo el encierro (tranquilo) y bajo al Club.
Nadar en la piscina exterior es una verdadera gozada. Al ir, cada vez que la cabeza sale del agua para tomar aire, me encuentro con el sol – todavía no muy alto – reflejado en la superficie. Al volver centro mi atención en las burbujas doradas que acompañan cada brazada y en la torre del teleférico que vigila, desde las alturas, esta parte del puerto. Después toca secarse al sol y disfrutar de la vista.
Vuelvo a casa y leo. Acabo el libro de Frank McCourt (que me ha gustado tanto como “Las cenizas de Ángela”) y empiezo “Breviario de idiotas” de Ermanno Cavazzoni. El libro recoge pequeños momentos de vidas que jamás existieron, de idiotas variados que no aportaron nada a la humanidad ni a ellos mismos. Descerebrado, raro y divertido.
Viernes. Tras el desayuno y el encierro llega la ración diaria de piscina y sol. Pese al esfuerzo acumulado durante toda la semana estoy preparado para afrontar el fin de semana que empezará cuando María José llegue a casa después de trabajar.
El lunes empiezo un cursillo bastante completo (son cinco horas diarias) con lo que el tiempo dedicado al ocio se verá limitado.

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