13 julio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Lunes, 12 de julio de 2004


Me levanto para ver el encierro y arrastro a María José hasta el comedor. El encierro de hoy es el más peligroso que he visto los últimos años y el montón que se forma en el callejón de entrada a la plaza es realmente angustioso. En él, uno de los corredores habituales – el clásico calvo que a lo largo del día sabré que se llama Julen - es corneado repetidas veces hasta que consigue escapar del montón. No lo conozco de nada, pero el hecho de llevar años buscándolo entre la multitud de corredores hace que sufra mucho por él. Por suerte parece que, pese a las cinco cornadas que se lleva de recuerdo, la cogida ha sido menos grave de lo que las imágenes parecían presagiar. Espero verlo de nuevo el año que viene.
Después de desayunar dedico la mañana a comprar por el barrio. Hace frío y decido no ir al Club.
Por la tarde voy caminando a clase. El primer día sirve para presentarnos el curso y para tener un primer contacto con los profesores. Jordi P. se sienta a mi lado, mi vida sigue girando en círculos concéntricos.
Vuelvo a casa, cocino un rato y espero a María José. Juntos veremos un poco de tele y a dormir.

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