08 junio 2004

“El tiempo dedicado al ocio es una inversión en bienestar. Pocas operaciones tienen una rentabilidad tan elevada como esta.”
Santiago García Quintana. Hacia el ocio. Buenos Aires.1957


DIARIO DE UN OCIOSO
Martes, 8 de junio de 2004


Después del largo fin de semana, la casa y – sobretodo – la nevera, requerían mis cuidados. Teniendo como centro neurálgico el sofá de casa organizo incursiones por el barrio con la misión de reaprovisionarme.
Una vez conseguido el objetivo me dedico a leer (he acabado “Las cenizas de Ángela” y me he lanzado con avidez sobre el prometedor “Ahora sabréis lo que es correr” de Dave Eggers). También queda tiempo para ver la tele con María José (un par de “CSI Miami” gentileza de Kris y un episodio de “Los Soprano” configuran el menú televisivo de estos dos últimos días).
Me duele el hombro derecho después de la vacuna con la que hoy me han obsequiado. Creo que este dolor puede influir en mi actividad durante los próximos días.

Las Cenizas de Ángela
Frank McCourt

Corría desde hace mucho por casa y siempre había encontrado alguna excusa para posponer su lectura. ¡Qué lástima. Qué tonto he sido! Las Cenizas de Ángela, escrito en primera persona y en presente, es uno de los mejores libros de memorias que han caído en mis manos. Frank McCourt realiza un viaje a su infancia – una infancia dura en la Irlanda pobre de los 30 y los 40 - y nos la relata sin ningún tipo de acritud. Anécdotas que en boca de otro se convertirían en un duro melodrama son aquí retratadas con sentido del humor. Y es este sentido del humor lo que hace que una vez empiezas no puedas parar de leer. Espero ansioso la lectura de “Lo es”, segunda parte de estas deliciosas memorias.

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