28 junio 2004

DIARIO DE UN OCIOSO
Domingo, 27 de junio de 2004


Sábado. Acabo “Infancia” de Coetzee (impresionante, me gustaría poder escribir la mitad de bien algún día) y empiezo “Ciudad de huesos” de Michael Connelly. El resto del día lo dedico a la intendencia casera.
Por la noche María José y yo vamos a cenar a casa de Rafa y Yoli. Yoli ha preparado doradas al horno (buenísimas) y Rafa se ha encargado de las ensaladas. Cenamos en la terraza. (Nota médica: tanta cena en las terrazas ajenas nos está provocando un resfriado de grandes dimensiones). Interrumpimos la sobremesa para ver la ronda de penaltis del Suecia - Holanda y, tras la victoria de los holandeses, volvemos a la terraza para continuar con la conversación.

Domingo. Nuestra falta de moderación terracil ha tenido consecuencias y tendremos que pasar el día en casa para recuperarnos con la ayuda de una tortilla de aspirinas.
A mediodía golpean la puerta de casa (no tenemos timbre) interrumpiendo el disfrute del delicioso arroz que María José ha preparado. Es el vecino de arriba que dice que la escalera huele a quemado. El olor viene del piso de enfrente. Llamamos y no abren. Decidimos abrir (tenemos la llave) y no podemos ver nada debido al humo. Llegan los bomberos, envían al becario dentro y, cinco minutos después (es un piso muy pequeño), descubre un cazo en el fuego con dos biberones -convertidos en un engrudo calcinado- en su interior. Por suerte no ha pasado nada.
Como no podemos salir a la calle nos organizamos un ciclo de cine casero, vemos “Mistic River” (muy bien) y “La sonrisa de Mona Lisa”(muy floja).

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